El Cuaderno Dorado, también de Doris Lessing. ¡Menudo tocho, amigas! Tiene momentos brillantes, pero tuvimos que intercalar al Paul Auster y su La vida interior de Martin Frost para poder continuar con la tarea.
El Cuaderno Dorado, en cambio, parecía una enumeración exhaustiva de los amantes que deberán ser evitados a toda costa. En ese sentido, no está mal el libro porque una puede partir ya con una buena ventaja, si bien, el resto del camino ahí queda. Soy estúpida: es un buen libro, pero yo venía del Dostoievski y, quizá, nuestra Doris Lessing nos resultaba aburrida de puro próxima. Haber escrito aquello hace más de 40 años y poder leerlo para... poder seguir. Entenderá usted que acabo de dedicarle uno de mis mejores piropos :)
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