miércoles, 30 de junio de 2010
Y en tres
Y luego está la gente que, en cuento se hace daño a si misma, te acuchilla. La solución es borrarlos de tu mapa, no hay medias tintas.
martes, 29 de junio de 2010
El mundo dividido en dos
Me gusta la gente con heridas, el dolor como antesala de la ternura; y esas cosas. Y que suele ser gente inteligente. Lo que no soporto es la gente con complejos. Porque suele ser, finalmente, muy mala gente.
lunes, 28 de junio de 2010
Cuando se confunden churras con merinas
Quizá la razón produzca monstruos, pero por infrecuente la primera, improbables también los segundos. De lo que no nos cabe ya duda es de que la que produce monstruos, y a tutiplén, es la sinrazón. Y no es honesto seguir buscando a Alicia cuando la sinrazón campa y atropella.
viernes, 25 de junio de 2010
jueves, 24 de junio de 2010
Desazón
Hace poco el Instituto Cervantes volvio a proponer una votación para buscar la palabra más hermosa del castellano (ya sé que es español, ya, pero que a mi no me sale). Pues bien, si desazón no existiera, habría que inventarla. O recuperarla. Desazón, qué bonita. No tiene nada que ver con depresión, ni con rabia, ni con nada de lo que podamos ocuparnos, es sólo desazón, un estado interior que, al menos a mi, me devuelve a la infancia, a mi madre cuando nos tenia que tener a todos preparados y listos al mismo tiempo. Para ir a misa, por ejemplo. Cuenta mi madre que, alguna vez, ya completamente desazonada, se plantaba frente a mi padre y lo trataba de convencer de que aquello era absurdo, que éramos demasiado pequeños y que no hacía falta que fuéramos todos a misa; y que ella se quedaba. Mi padre parecía darle la razón y entonces convenían que de acuerdo, pero que sería él el que se quedaría con los chiquillos en casa. Por unos segundos mi madre parecía haber ganado la partida: quizá mimosa y complacida, se preparaba ella sola y se iba. Cuenta mi madre como, estando en misa, quizá en las primeras bancadas, sola y por fin guapa, oía abrirse la puerta de la iglesia y que no necesitaba mirar, que sabía que era mi padre el que entraba y que nos traía a todos: a medio vestir, sin peinar, tal y como nos había dejado ella.
Y que se hubiera quedado allí mismo muerta.
domingo, 13 de junio de 2010
Hablando de mi
"Otra forma de rescate, quizás la primera, la protagonizaba Tito cuando todos los chiquillos nos juntábamos a su alrededor y él nos hacía poemas. Por gordos, por empollones, por gafosos, por pequeños, por fuertes, por lloricas ... cada uno recibíamos el nuestro y era fácil reirnos de nosotros mismos porque entonces no había anorexias, ni traumas infantiles, ni percentiles, ni notas de las señoritas ... Cada uno éramos como éramos y Tito nos diferenciaba y nos igualaba a todos con sus poemas y nuestras risas. Yo lo miraba con agradecimiento y admiración, casi incrédula y siempre sorprendida, como sigo mirando ahora algunos poemas, los posts con imágenes que prepara faq o a Saturno en el telescopio de Borja."
De un cuaderno digital, allá por 2005
martes, 8 de junio de 2010
lunes, 7 de junio de 2010
martes, 1 de junio de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)