Llega el viernes y, contra todo pronóstico, aparece ese momento hard en el que no estás para nadie. No es lunes, tienes todo el tiempo del mundo, estás muy cansado, pero es viernes... Hoy me hablabas de ese momento.
¿Y dices que hacía las 8 comienza a pasarse? Será otros viernes. O que lo habré empezado más tarde. O que a los burriquillos, por nuestro propio ser, nos cuesta más salir de las situaciones. Habrá que esperar a las 12. Tranquilamente.
¿A qué tanta tarea?
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