viernes, 30 de enero de 2009

Andorra, 13 años después

Había empezado a ir al baño y no paraba. ¿Era el agua?, ¿la cantidad de sólidos retenidos durante los días de trabajo ininterrumpido? El apartamento estaba bien, y estaba sola. Habían decidido ir a pasar unos días a Andorra con los amigos, como en los viejos tiempos. Entonces iban a Andorra porque mientras unos esquiaban, el resto, de carácter más sosegado o quizá precisamente por lo contrario, se dedicaban a la vida contemplativa: largos desayunos en pijama, lectura, baños relajantes, paseos despreocupados viendo tiendas... Andorra había sido el paraíso de sus Noches Viejas a esa edad en la que todos los miembros de la cuadrilla están ya sólidamente emparejados, o eso se piensan, pero en la que todavía no han llegado los niños. Ni las muertes. El último año, a la vuelta, había sucedido precisamente una de aquellas muertas definitivas. Después fueron llegando las ceremonias en el juzgado, las bodas más o menos progres (aunque la mayoría fueran con cura, todo hay que decirlo), los embarazos, el adosado de cooperativa de izquierdas, las conversaciones eternas sobre riegos automáticos de ellos y, hasta cierto punto, la vida algo confusa de ellas: se acabó Andorra.

Por eso este año habían decidido volver: los chiquillos era ya suficientemente grandes y algún día tendría que ser. La vida te regala paisajes, días maravillosos de sol radiante y el aire, pero la vida siempre te va robando lo que más quisiste. Quizá el próximo año, quizá con la próxima muerte, quizá cuando los chiquillos sean todavía algo más mayores... Quizá las posibilidades, los largos desayunos en pijama hablando de las cosas que sólo hablas con los amigos; y de aquellas formas; y las risas.

(A P&P, a P&N y a Ampy que, impertérrita, asiste a nuestras citas)

martes, 27 de enero de 2009

Martes, 7:10 pm



Seguramente no era tu Hootie's Blues, pero tampoco está mal. Me hago, decididamente, de tu programa :-)

Un poco más.

domingo, 18 de enero de 2009

Contradicciones

Y si la monotonía del momento era tan sólo aparente se debía a que yo era consciente -de acuerdo con Magris en su prefacio a El infinito viajar- de que precisamente en el espacio doméstico, en el hogar, es donde el viajero empedernido se juega realmente la vida, la capacidad o la incapacidad de amar y construir, de tener y dar felicidad, de crecer con valentía o agazaparse en el miedo. Dicho de otro modo: la casa es el lugar central de nuestro mundo; es el lugar de la pasión más fuerte, en ocasiones devastadora -por la compañera de tus días, por ejemplo-, el lugar de la pasión que nos cala sin miramientos.

De Dietario voluble de Enrique Vila-Matas.

Lo acabamos hace unos días. Traemos el párrafo aquí no por especialmente brillante (hay muchos otros trozos brillantes, interesantes, entretenidos... y me hubiera gustado leerlo con el portátil al lado; y con mucho tiempo, en una gran biblioteca...) Lo traemos por lo mosqueante; porque, quizá sin darse cuenta y de un plumazo, el autor nos desecha como lectoras. O nos desechamos nosotras, las siempre sospechosas devastadoras de los días de los otros. Pero me gusta especialmente lo de "agazaparse en el miedo", eso sí que me gusta.

sábado, 17 de enero de 2009

Alicia en el Pais de las Maravillas

Hay un mundo al que no accedemos todos los días, un mundo que también es nuestro mundo.

Dónde tú y yo estamos cuando no hay otras gaitas.

domingo, 11 de enero de 2009

viernes, 9 de enero de 2009

Seguimos, apenas ha comenzado 2009



Fue una promesa tonta, de esas que se hacen en un momento, todos los tenemos, en el que nos sentimos gigantes. Te habrá pasado alguna vez: que te prometieran algo. En plan tonto. Y que tú lo esperases.

miércoles, 7 de enero de 2009

Otra vez en aquel bote

Frío


"En las obras de Jaeggy -escribe Eric González-, desechado todo sentimentalismo, es justamente el frío del ambiente el que otorga valor a los sentimientos cuando éstos aparecen, el mismo valor que cobra en una morgue cualquier señal de vida."
Estas señales han sido siempre el truco de los tímidos o de los neuróticos. Pueden llegar a ser duros, distantes, muy gélidos, y sin embargo, de pronto, en un instante, romper el hielo. Como dice la propia Fleur: "Cierta glacialidad también revela sentimientos".






El texto es de Dietario voluble de Enrique Vila-Matas, un libro que estábamos leyendo bastante despasionadamente hasta que hemos llegado a las páginas del frío.

La foto es de la tal Fleur Jaeggy, una escritora que al parecer hay que leer, pero cuando tengas tiempo.

Sus manos


















Dame tiempo, dame todavía un poco más de tiempo. Es como si lo andara buscando, se le escapa al Capitán. Hay una historia que no me has contado.

domingo, 4 de enero de 2009

De los tíos y las amigas

De los tíos, especialmente si son tus maridos, no hay que esperar nada. Cuantas más cosas seas capaz de hacer por ti misma, menos expuesta a las frustraciones estarás. Y que no tiene sentido, que es un rollo insoportable escuchar a una mujer quejarse de si su marido esto o su marido lo otro. Pues sepárate, coño. O vete con esas importancias a otra amiga, ya verás que vuelves encantada.

sábado, 3 de enero de 2009

3 de enero

Todo está dormido este año. O yo lo siento un poco de esa manera: mis padres, las gafas de cerca... Del silencio pasamos al exceso de ruido en cuanto comienzan a llegar todos. Me sigue molestando el lugar, el no lugar. Quizá éste ya no sea mi lugar porque vuelvo a caminar lejos, en otro lugar que tampoco será mi lugar en el tiempo. Me duele el brazo. Tú ya no estás si no es para atender los compromisos compartidos. ¿Dónde nos perdimos?, ¿dónde nos perderemos?.

jueves, 1 de enero de 2009

Cosas que agradecer

Los buenos momentos con mi hijo, sus conversaciones, los detalles del Capitán, mi familia que no ha disminuido, las posibilidades, las nuevas generaciones que siguen creciendo, las amigas, siempre las amigas; los libros que descubrimos y nos siguen descubriendo; no el amor, ya no el amor, pero sí el amor; las sorpresas, las cosas de Harry, la amabilidad de fpc, el corazón abierto de añil, la constancia de madre desesperada, la femme, todos mis anónimos que no son nada anónimos, necesitaría un hiperespacio... los abrazos con los que soñamos... me cuesta despedirme de 2008.

Dice David de Ugarte que 2009 será el año de la perseverancia. Siempre nos crecimos en las dificultades; y estamos vivos.