viernes, 26 de agosto de 2011
lunes, 20 de junio de 2011
Señoras tranquilas, sabias y también alegres
Miren Etxezarreta - La Deuda Pública y el Pacto del Euro from ATTAC.TV on Vimeo.
Ella, con zapatos rojos ;-)
domingo, 19 de junio de 2011
Dividide y vencerás, y sus resistencias
Vienen a decir los nuevos gurús de la vida lo que ya nos dijeron los anteriores: que para resolver un problema, para conseguir una meta, hay que dividirlo en problemas más pequeñitos; en submetas, añaden.
Y yo me pregunto si para aprender a dividir (que parece un concepto fácil, pero que debería darse sólo en cursos avanzados) no habrá que ir en orden y enseñar a sumar primero en la vida. Como cuando te das cuanta de que 5 dedos de una mano y 5 de la otra son 10, y que tienes 10 dedos juguetones, diferentes y que te sirven para hacer tantas cosas.
Pasar luego por esa complicada etapa dónde la suma y la resta se sabe que son distintas pero no acertamos del todo a adivinar si la cesta de las manzanas, y las peras, tiene que acabar en una suma o en una resta. Hasta que esta última, a pesar de nuestra resistencia, acaba por imponerse como necesaria y, ciertamente, qué pocas manzanas nos quedan.
La multiplicación es cosa hecha: tablas, cánticos en compañía, algo nos dice desde dentro que volvemos a la suma.
Hasta que llegan los problemas, los reales, los de verdad, esos que sólo se dan en cursos avanzados y dónde han desaparecido las cestas, cosa de niñas, y aparecen los kilómetros, los euros, las máquinas; y nos hablan entonces de la división, la herramienta que habremos de acabar dominando si queremos cerrar nuestra vida perteneciendo al exclusivo grupo del 10% de personas que consiguen sus metas en la vida.
En lo que a mi respecta, pienso que voy todavía por esa etapa confusa entre la suma y la resta. Yo voy pasito a pasito y anda que no me queda hasta llegar, siquiera, a pensar en las metas!!!
Pienso que es peor cuando queremos saltarnos etapas y empezar directamente por la división. Porque entonces lo más fácil es que acabemos usando la herramienta únicamente para nuestras guerras. Y aquí, lo que está claro, es que es la base la que nos falla.
Y yo me pregunto si para aprender a dividir (que parece un concepto fácil, pero que debería darse sólo en cursos avanzados) no habrá que ir en orden y enseñar a sumar primero en la vida. Como cuando te das cuanta de que 5 dedos de una mano y 5 de la otra son 10, y que tienes 10 dedos juguetones, diferentes y que te sirven para hacer tantas cosas.
Pasar luego por esa complicada etapa dónde la suma y la resta se sabe que son distintas pero no acertamos del todo a adivinar si la cesta de las manzanas, y las peras, tiene que acabar en una suma o en una resta. Hasta que esta última, a pesar de nuestra resistencia, acaba por imponerse como necesaria y, ciertamente, qué pocas manzanas nos quedan.
La multiplicación es cosa hecha: tablas, cánticos en compañía, algo nos dice desde dentro que volvemos a la suma.
Hasta que llegan los problemas, los reales, los de verdad, esos que sólo se dan en cursos avanzados y dónde han desaparecido las cestas, cosa de niñas, y aparecen los kilómetros, los euros, las máquinas; y nos hablan entonces de la división, la herramienta que habremos de acabar dominando si queremos cerrar nuestra vida perteneciendo al exclusivo grupo del 10% de personas que consiguen sus metas en la vida.
En lo que a mi respecta, pienso que voy todavía por esa etapa confusa entre la suma y la resta. Yo voy pasito a pasito y anda que no me queda hasta llegar, siquiera, a pensar en las metas!!!
Pienso que es peor cuando queremos saltarnos etapas y empezar directamente por la división. Porque entonces lo más fácil es que acabemos usando la herramienta únicamente para nuestras guerras. Y aquí, lo que está claro, es que es la base la que nos falla.
sábado, 11 de junio de 2011
Desmemoria
Vidas que se resumen en trozos torpes y como descuidados porque, todavía, ya no son lo que nos importa. Volvemos a optar por la vida. La siguiente.
jueves, 19 de mayo de 2011
sábado, 7 de mayo de 2011
En las crisis y en la guerras
Le prometí al Sr. Sonfór que hablaría de Un día me esperaba a mi mismo, de Miguel Angel Ortíz Albero y publicado por la editorial Jekyll & Jill. Todo en google, en blogs, en facebook, en twitter... bueno, en twitter no sé exactamente. También aquí.
Y tampoco sé exactamente que más puedo añadir o no:
Que es un libro precioso sólo apto para sensibilidades especiales (ayer escuchaba por la tele decir a un humorista que todo el mundo se considera de una sensibilidad por encima de la media; o sea que, en ese sentido, tampoco es que estemos añadiendo nada).
Y también algo más que nos recuerda este libro: que la guerra tiene muchos puntos en común con las crisis, incluso con crisis económicas como la nuestra; que no siempre somos dueños de las circunstancias que nos toca vivir, pero que pareciera que sólo hay dos estados: o crisis o guerra y que seguramente esta barbarídad que acabo de decir es consecuencia de encontrarnos en una de estas circunstancias. Y que no hay otra salida digna que el amor o los deseos o la trasformación de una realidad, la de los otros, en otra diferente y propia. Una salida, una joya. Cuando nos esperamos a nosotros mismos.
Muchas gracias, Sr. Sonfór. Me siga publicando libros, porloquemásquiera.
(borrador, luego ponemos los enlaces. Y, a lo mejor, hasta foto :-)))
Y tampoco sé exactamente que más puedo añadir o no:
Que es un libro precioso sólo apto para sensibilidades especiales (ayer escuchaba por la tele decir a un humorista que todo el mundo se considera de una sensibilidad por encima de la media; o sea que, en ese sentido, tampoco es que estemos añadiendo nada).
Y también algo más que nos recuerda este libro: que la guerra tiene muchos puntos en común con las crisis, incluso con crisis económicas como la nuestra; que no siempre somos dueños de las circunstancias que nos toca vivir, pero que pareciera que sólo hay dos estados: o crisis o guerra y que seguramente esta barbarídad que acabo de decir es consecuencia de encontrarnos en una de estas circunstancias. Y que no hay otra salida digna que el amor o los deseos o la trasformación de una realidad, la de los otros, en otra diferente y propia. Una salida, una joya. Cuando nos esperamos a nosotros mismos.
Muchas gracias, Sr. Sonfór. Me siga publicando libros, porloquemásquiera.
(borrador, luego ponemos los enlaces. Y, a lo mejor, hasta foto :-)))
sábado, 23 de abril de 2011
A la contra
Le digo al Capitán que no volveré más a Londres, que no puedo seguirlo en sus viajes, que se busque a otro. Le digo que ya me bajé una vez de su moto para no volver a subirme nunca más en ella. Se lo digo porque él sabe que aquello fue cierto y lo de Londres quién sabe. Le digo que los chiquillos ya son mayores y que a partir de ahora deberían empezar a viajar solos. Pero el Capitán, ¿qué nuevas excusas encontrará ahora? ¿qué motores? ¿Y yo? ¿contra qué tendré que volver a definirme?
Por cierto. Nos encantó.
Por cierto. Nos encantó.
domingo, 20 de marzo de 2011
Tolerancia
Escribo un poco en el jardín. Sigo siendo una mujer de cuadernos. Mientras fumo y tomo café. Pronto empezaré a dar aceite a la madera y a pintar mesas y alguna pared. Pronto querrá florecer la glicinia, mientras abril se cuela.
sábado, 19 de marzo de 2011
Tecnología de bar antiguo
martes, 8 de marzo de 2011
miércoles, 2 de febrero de 2011
domingo, 9 de enero de 2011
Deseos para 2011
Dar por finalizada cierta parálisis, cierta estupidez, cierta desilusión. Y volver a los lugares comunes, aunque volver sea imposible y nada nos vuelva a resultar ya acogedor. Demasiado pronto para morir, demasiado largo, demasiado absurdo. ¿Dónde encontraremos el camino? No hay duda de que existe, pero ¿dónde y cuando y, sobretodo, cómo lo encontraremos? ¿Qué hacer? Alguien insiste: creatividad y acción. ¿Y no es cierto que debemos entender antes que nos llevó a esta situación para salir de ella? Quizá no sea del todo necesario. "Es normal que lo quieras todo", te digo. Luchas de egos y tu mejor yo todavía esperando que le des paso.
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