La fidelidad es una mierda. No por nada en particular, sino porque lo más probable es que no sea ninguno de nuestros casos (la fidelidad... para uno mismo, que dijo el otro). Si has dejado de amarla, díselo. Y a mi, déjame que pague a mi modo el precio de los cuerpos etéreos si es eso lo que siempre he amado. Te sigo hablando y volveré a hacerlo cada vez que lo necesites, pero no me hables más de parejas que fueron siempre felices (bueno, felices no exactamente, fieles). O te acabaré mintiendo o despreciando. Todos los amantes son fieles a si mismos(1). Tú también lo fuiste, amigo.
(1) El femenino de esta frase no lo tenemos tan claro, pero ni muertas.
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