"Me escuchaba mirándome con mucha atención: "Todo esto -dice- es extraordinariamente curioso, y vendré a verle aún muchas veces." Desde entonces me visitó poco menos que cada tarde. Y nos habríamos hecho amigos si me hubiera hablado de sí mismo. Pero de sí mismo no me decía casi una palabra y no hacía más que preguntar acerca de mi vida."
Fiódor M. Dostoievski - Los Hermanos Karamázov - Del Libro Sexto, sobre el stárets Zosima
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