Yo puedo volver cuando quiera a mis aceites de linaza y mis pinturas con titanlux. Es reconfortante porque la mirada puede contemplar entonces objetos como nuevos; objetos bellos, a los que se les ha despojado de memoria. Fuera queda el otro mundo, el que carece de importancia. Fuera. Es el comienzo del invierno. Ahora sabemos que no necesariamente a todos los inviernos les suceden las primaveras. No sabemos, y sí que sabemos.
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