Cuando convertimos el cumplimiento de la normativa en el único objetivo del trabajo. Del nuestro y, por supuesto, del de los otros: ¿qué se habrán creído? Como si las leyes y las normas no estuvieran allí para asegurar que ese trabajo se realice y, además, que se haga en condiciones de igualdad, equidad y demás ilusiones. Cuando lo confundimos todo, es normal que pensemos, por ejemplo, que 11 meses y 16 días son 11,16 (manzanas, por ejemplo) Es cierto que la normativa nada nos dice al respecto. Aydiosmio.
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