sábado, 10 de noviembre de 2007

Hoy no podríamos elegir...

... entre este poema:

AMOR

Hay palabras sensuales
como la carne
en su humedad,
su calidez.

Tangibles, dicen
confirmación,
consuelo
de ser humanos.

No pronunciarlas
abstrae
el deseo
y al final es su muerte.

que encontramos en Añalejo de indolencias de Javier de la Iglesia

o éste:

La dulce boca

Al mismo tiempo que el aire no llega,
La luz no alcanza o llega el aviso,
Nos parece que antes que todo algo ha construido la historia
Que nos referimos sin pausa
Para ese ruido es chispa o ese aire o lo que sea que
A veces es rayo, alarma o viento.

Me pregunto quién cuenta la historia si a su lado
Algo no funciona.
Me pregunto si esa máquina es la misma que cuenta las historias del largo plazo
(así algún poeta, el lector lo sabe)
La gran excusa digamos de toda nuestra biografía
Para negar la realidad o tal vez no
La que con otro sentido de “dulce” y de “boca”
Es también la dulce boca.

que, no es que encontremos, en Seguro Azar de Pedro Santana

o... alguno de los que estamos leyendo de Felix de Azúa.

¿Y por qué habríamos de elegir? No elegimos; estamos extensionales.

4 comentarios:

FPC dijo...

Eso. ¿Por qué elegir? Esta es una trampa que PS explicaría como es habitual en él: con rigor y fundamento. Porque parece que los humanos no sabemos vivir sin elegir, en el sentido necesario del término, es decir, no se puede tener todo, pero también parece que no sabemos vivir sin elegir, en el sentido contingente del término, es decir, elija usted entre esto y aquello, y ¿eso por qué? porque parece que no se puede tener todo, es decir, no se puede vivir sin elegir...etcétera o ad infinitum, elija usted.
Saludos.

marideliwes dijo...

No queremos :-)

Fpc, ¿has visto el trozo de Coetzze que te he dejado en el post del otro día? Otro más: nosotros no elegiremos (en su sentido contingente); como mucho nos volveremos ortogonales. No sé porqué, no sé porqué, la palabra que surge ahora es ortogonales. Quizá por llevarle un poco la contraria al "Señor".

09. SOBRE EL ENVEJECIMIENTO

Hoy me dolía tanto la cadera que no podía caminar y apenas podía sentarme. Inexorablemente, día tras día, el mecanismo físico se deteriora. En cuanto al aparato mental, estamos siempre ojo avizor en busca de piezas del engranaje rotas, plomos fundidos, esperando contra todo pronóstico que dure más que su anfitrión carpóreo. Todos los viejos se vuelven cartesianos.


Por cierto... carpóreo, ¿ha dicho carpóreo? :-)

FPC dijo...

Acabo de verlo y es tal como si te respondiera a ti: ¿o no, a lo mejor estoy yo también equivocado en mi enfoque de la psicología femenina?
Saludos y gracias por la dedicatoria.

marideliwes dijo...

Bueno, yo me he elegido los trozos :-) Pero, si, cuando empecé a leerlo dije: ¿pero qué es esto?