domingo, 23 de agosto de 2009
Fin del verano (en el sentido figurativo, claro)
Hoy he estado llorando viendo pelis. Las de la tele, que eran horrorosas, pero daba igual: se acaba el verano. No he mejorado ninguna de mis relaciones familiares; es mas, yo diría que en algunos aspectos incluso las he cerrado para siempre. Me refiero al complicado mundo de los afectos. Tampoco he conseguido establecer una relación con mi hijo más allá del lenguaje de tira y aloja al que ambos estamos acostumbrados. He engordado por lo menos 3 kilos y sólo aguanté 2 días sin fumar. Sí, he estado en Granada. Y he dormido, siempre menos de lo que me hubiera gustado, por supuesto. Salimos algunos días a pasear, pero fueron insuficientes. Como a destiempo viene el calor y a destiempo vendrá el frío y a destiempo la vida y todo lo que de interesante, ahora lo sabemos, nos ocurrió. Hace ya tantos veranos. Se lo digo al Capitán: yo es que no me reconozco.
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9 comentarios:
Un estudio realizado en Bangladesh por un equipo de investigación británico ha puesto de relieve que la felicidad, al menos para los habitantes de este país, no tiene nada que ver ni con el logro de objetivos profesionales ni con el dinero, y ni tan siquiera con el hecho de tener cubiertas todas las necesidades básicas. Muy al contrario, la gente se siente feliz al cultivar sus relaciones personales, al dedicarse a su familia, y al sentirse respetado e influyente en su propia comunidad. Los especialistas intentaban analizar con este trabajo de campo las razones por las que las ayudas al desarrollo suelen resultar fallidas en numerosas regiones deprimidas de nuestro planeta.
La mayoría de las veces, las percepciones que tenemos sobre las situaciones que nos rodean y las decisiones que tomamos sobre las mismas, son erróneas, pues están supeditadas a nuestro estado de animo, y éste puede estar minado por el exceso de trabajo, por los hijos, por las relaciones de pareja o exceso de responsabilidades . Todo ello, hace que nos sintamos cansados, irascibles, impacientes, intolerantes, incomprendidos, infravalorados. Puede ser que estemos buscando en nuestras relaciones con los demás, ya sea familia o amigos, una total comprensión a nuestra situación emocional o una respuesta a nuestras necesidades. El no sentirnos comprendidos puede llevarnos a sentir como una afrenta personal todo aquello que no va en la dirección deseada, a sentir como insufrible unas relaciones familiares que no dejan de ser normales, teniendo en cuenta el espacio y tiempo en que se producen. En fin, que no siempre todo es tan trágico ni tan maravilloso como lo percibimos. Nunca debemos dar nada por perdido ni nada por conseguido. La vida es una continua sucesión de logros y fracasos, pero ni unos ni otros deben impedirnos seguir mirando de frente para no peder el norte
Quizá tambien ayuda mirar a los lados y por detras, ver los ombligos ajenos, meterte de vez en cuando en la piel del otro, comprobar que hay gente que no tiene tiempo de escucharse tanto a si mismo, por estar ocupado en sobrevivir.
Anónimo 1.
Me parece interesante que se hagan estudios intentando analizar porqué fracasa una inversión económica. Es lo que tiene el dinero entregado, que enseguida busca rendimientos y que cuando no los tiene, se pregunta porqué. Por lo demás, todos sabemos, y seguramente más los de Bangladesh, que el dinero no da la felicidad y mucho menos el trabajo. Lo de las necesidades básicas no se suele decir, pero sin ir más lejos, yo misma, cuando vine a vivir a esta casa y se cortaba el agua de repente pensaba que acababan de negarme la necesidad básica más primordial y la última vez que pasó me sorprendí tan tranquila diciendo: "vaya, hombre, ya han cortado el agua". O sea, ¿qué son las necesidades básicas? Supongo que lo que no podemos hacer es trasladar unas necesidades básicas de unas culturas a otras, ni siquiera de una personas a otras. Bueno, pero al grano:
¿La gente se siente feliz al dedicarse a su familia? Pues depende. Las mujeres eternas cuidadoras de sus familias, por ejemplo. Casi nunca les ha llegado la felicidad por ahí. ¿Y que se entiende por relaciones personales? Yo esto lo veo como el comodín perfecto para un estudio estadístico :-)
- ¿Ya se relaciona usted bastante? - Pues no, oiga, yo seguro que no me relaciono bastante.
Ay :-)
Nos queda lo de sentirse respetado e influyente en su propia comunidad. Y volvemos al principio. Lástima que esté tan relacionado con lo que a usted no le hace nada feliz: el dinero, el trabajo, responder a lo que su comunidad espera de usted y sólo a eso... Estos estadísticos :-)
Anónimo 2,
A mi los estados de ánimo me parecen muy bonitos, eso que vaya por delante. Yo no veo nada más bonito que un estado de ánimo: ahora triste, ahora contento, ahora deprimido, ahora eufórico, ahora cansado, ahora sin límite, ahora perro, ahora gato. ¿Que sería de nuestra vida sin nuestros estados de ánimo? Menudo aburrimiento: estoy equilibrado, perdona, me quedan 5 días de equilibrio hasta mi próxima desestructuración, ¿te importaría llamarme entonces? Verás, pero es que yo para entonces ya he tenido que resolver mi crisis. Vale, pero es que yo no puedo atenderte ahora, a ver si coincidimos dentro de dos años, ¿estás de acuerdo?. De acuerdo. "Le va a llamar ritalacantaora" acabará pensando el segundo.
Si uno está enfadado es evidente que verá las cosas con peores ojos que los días que está contento. Pero lo bonito de los estados de ánimo es que son finitos y en general breves. Una pena cuando el estado de ánimo podría encuadrarse dentro de lo que consideraríamos como positivos, pero esa es la gracia. Yo no creo que nos lleven la mayoría de las veces a decisiones erroneas. Algunas si, cierto, pero no casi siempre. O algo tendremos que cambiar en nuestras vidas, no podemos culpar a los estados de ánimo. O sea, si tu pareja es un rollo, si tu trabajo es demasiado, si te sientes excesivamente responsable o tus hijos no se hacen la cama o son unos maleducados, no es el estado de ánimo el que nos lleva a decisiones erróneas sino tu pareja, tu trabajo, tus hijos o tu responsabilidad. O sea: tú y sólo tú. Te tomas una cerveza y quedas con algún amigo. Una relación personal. Y ya, si es en Bangladesh, ni te cuento.
Anónimo 3,
mejor te fías de Anónimo 1 y 2.
Gracias a los tres.
El regreso se presnta movido.
Me alegra encontrarte de nuevo.
¿Qué tal por graná?
«Yo no veo nada más bonito que un estado de ánimo: ahora triste, ahora contento, ahora deprimido, ahora eufórico, ahora cansado, ahora sin límite, ahora perro, ahora gato»
¡Alabada sea, qué bien se expresa usted!
Cuando le copio a usted, Harry. Un beso muy grande. Pero con carne, eh?, de los de sonidito y así, casi de esos que se te quedan pegados.
Añil, Graná me tiene que dar más de sí, seguro que volveremos a hablar de ello. De momento, te va a parecer un topicazo, pero yo es que no había leido, como quien dice, nada de Lorca. Y La Alhambra, claro, y los árabes. Diosmio, qué saber vivir.
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