Bueno, hace tiempo que no decimos nada y no podemos seguir así, así que concretamos fecha para contar aquí algo que no nos deja vivir: será mañana y será lo de los puntos. Porque manifestándose uno se limpia, informa de paso al vecindario (a todo el vecindario, que para eso el vecindario es el de uno) y acaba pensando que ya está, que el que no se ha enterado ha sido porque no le ha dado la gana y que, por lo que a uno respecta, ya le ha dedicado el tiempo necesario.
Hay gente que piensa que las declaraciones le dejan a uno débil, perdido, expuesto a la maldad o al desprecio de un mundo que acecha desde los escondrijos. No es éste nuestro caso, claro. Nunca hemos sabido pasar página sin contárnoslo: es nuestra forma, fuerte, de cambiar el mundo. O de estar, que al menos a esto tendremos derecho. Nuestra única posibilidad... acabaremos confesando.
3 comentarios:
Espero que no sea tan grave como suena... en todo caso, no siempre hay por qué declararse y no siempre los demás deben enterarse de todo...
Saludos
:)
Nunca los demás se enteran de nada... ni yo tampoco :)
Soy una gamberra. Cuando alguien me mira desde lejos me doy cuenta :)
Pero lo de los puntos y mis últimos altercados con el coche lo pienso contar. No sé cuando, eso sí.
Lo de declararse... retorcer las palabras y reírse un poco de todo. Creo que en el fondo/fondo, está la imposibilidad de expresarse, de entendernos, de saber lo que no, pero no saber que hay de sí... Yo más bien soy de la escuela de que por mucho que lo intentes nadie se enterará de nada. Algo así. Y que hay que seguir intentándolo, eso también. Ya me he vuelto a liar :)
Bueno, y tú.. a ver... que hace días que nos dejaste con la presentación en Guadalajara :)
Pues vas atrasada de noticias: y he puesto algo nuevo... es que yo me lío también solo
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