Había decidido tomar las riendas de su matrimonio. Una vez más. Había decidido anteriormente soltarlas, pero no funcionaba, así que decidió volver por las de villadiego. Cogió a toda la familia y se lo anunció: esta tarde nos vamos de compras, esta mesa de centro del salón es impresentable y hay que comprar una nueva. Compraron también un sofá, un sofá naranja precioso, ya que estaba tan decidida; y a punto estuvieron de encargar también un mueble lleno de cajones que les encantaba. Se reprimió. De momento. Este matrimonio se había decido por Banak.
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