De las tres sesiones a las que he asistido, en una de ellas
había muchas mujeres en la mesa y en las otras dos ninguna. No me dicen nada nuevo los hombres cuando se presentan sólos en una mesa. Nada nuevo profesionalmente hablando, se entiende. Nada.
4 comentarios:
Una visión terrorífica, brrrrrrrrr, demasiados maletines.
Un beso
A mí me gustaría saber las medidas de la mesa para albergar 4000 señores con corbata y maletín. Yo me compré una mesa en Ikea con las esquinas redondeadas y las sillas (cuatro) que se remeten por las esquinas que sí, que viene bien para espacios reducidos, pero que luego estás comiendo y es todo un tropezar con las patas. Ahí ya le digo que no me caben los 4000 señores. Que no caben. ¡Queremos saber!
Ay, Harry, que la última vez que usté dijo aquí un "queremos saber" se me montó un pollo en el blojs del que todavía no me he recuperado. Y es que ese es el problema de los blojs, que lo que vale para uno, lo entiende para él otro y se arma el lío y el malentendido.
Ya he explicado muchas veces que éste no es un blojs de ciencia, ni de opinión, ni profesional, ni siquiera para poner al día a mis amigos. No al menos a todos. Este es un blojs loco, loco dónde los alla y para comunicarme únicamente con entes como ustéd o como añil, que tienen una paciencia infinita y siempre me dan buen rollo. Este es el blojs de mis basuras extrañas. Y de mis felicidades también. También raras o quizá no tanto. No es un blojs de criterio, digamos.
Bueno, pues tu llegabas al Tecnimap y, si eras mujer (mujer de esas que usté ya sabe, de esas que están tol día buscándose), lo primero que te chocaba era la cantidad de tíos con traje y corbata que te encontrabas allí. Se entiende que la Administración es un sector dónde las mujeres trabajan en un número, cuando menos, mayor que en el resto de sectores. Junto con el sector sanitarío, educativo (de pocos años), de conservas y de otros sectores que no vamos a nombrar aquí. Es cierto que el asunto que allí se trataba era las Tecnologías de la Informacíon, dónde como usté d ya sabrá el número de señores suele ser mayor, pero una alberga siempre la esperanza de que los tiempos cambien, y de hecho, una observa que a veces van cambiando... y una se va alegrando de encontrarse con Vicepresidentas y gobiernos paritarios y piensa qué bien y cómo van cambiando los tiempos. Por eso los golpes de sorpresa son más fuertes, más duros, más peligrosos. Había mucho señor con corbata, en estos tiempos. Pero mucho, mucho, Sr. Sonfór, como si hubiéramos dado un salto en el tiempo y volviéramos a colocarnos hace muchos años. Y una es de la opinión de que nada nuevo sale de nada viejo, de lo que ya ha visto, de lo que ya ha fracasado. Que todo esto se de en la empresa privada me importa un pimiento, Sr. Sonfór, o no me importa tanto (una nunca ha confiado en los criterios de buen gusto del mercado salvaje y la empresa privada, qué le vamos a hacer), pero verlo en los servicios públicos me importa más, digamos que me duele.
Bueno, mi visión positiva eran las señoras hablando en aquella mesa. Qué interés, Sr. Sonfór, que variedad y que buen gusto y qué nuevas ventanas a todo. Y una se malacostumbra y ya no quiere menos, que eso es lo que nos pasa a los mortales, que vemos algo bueno y ya no nos dice nada lo que queda anticuado, lo que sientes como repetido o... y es que los señores, Sr. Sonfór, suelen tender a demostrar lo listísimos que son más que a aportar nada nuevo. Es una cosa que tienen ustedes, que no todos, pero en su gran mayoría, que da por el saco y hace perder mucho tiempo.
Otro día, si viene a cuento, le hablo del papel complementario de la administración en las TIC frente a los ciudadanos. No tiene sentido que hoy en día la Administración defina todo y sea el supuesto gran dios y hasta que ella no hable todos quietos. Papel complementario y voz al ciudadano y a la ciudadana, que, si usted se fija, hasta visten distintos.
Lo que debí poner en el post es que esas señoras me gustaron mucho y que les agradezco infinitamente que estén ahí, a pesar de todas las malas semanas y los malos días con los que, yo sé, han conciliado esa mesa. Las de los señores me aburrieron. Porque estaban solos, seguramente. Demasiada densidad de sí mismos. Y yo que tengo facilidad para no prestarles demasiada atención, también. Y que ya los he oído mucho, Sr. Sonfór. Y que escuchar a los viejos aún aporta algo, pero volver a ver repetido el modelo en los jóvenes delfines me pone del higadillo. Yastá. Y ni una señora, Sr. Sonfór, como si no existieran en el mundo. Pues que se escuchen ellos, coño.
Jo, ahora está explicao pero bien explicao. Muchas gracias, Marideliwes.
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