Esta se la cogemos a Miranda. Cómo nos gusta.
Me gustaría desearos a todos todo lo mejor, salud y trabajo y esas cosas que son las de verdad.
Pero sobre todo os deseo mucha fuerza, mucho arranque, chicha, nervio, energía, lo que mejor os parezca, lo que sea, con tal de que os sirva para seguir adelante, para mantener la esperanza, para sacar la cabeza, para tener valor.
Cuando se tiene cierta edad, más de treinta (que es una época bastante más neura que los dieciocho), se empieza uno a dar cuenta de que no hay más cartas sobre la mesa. Hay lo que hay, la vida de uno es la que es, y no hay más que lo que tenemos en el morral.
Así que hay que tener valor para con esas cartas, barajar, tirar otra mano y volver a empezar.
Otro año, otro mes, u otro día.
Eso es lo que os deseo, queridos todos, fuerza para barajar.
8 comentarios:
Pues eso, vamos a por otro año, mes, dia, y si no nos gusta la baraja, la cambiamos por otra, nueva o usada, pero con más color y que no le falten cartas, que luego es una leche a la hora de jugar.
La receta, un éxito, al menos para mí, me encantó.
Gracias a los dos.
¡¡¡Ole ole y ole y al que no diga ole que se le seque la hierbabuena!!! ¡Receta superada!
jugaremos con las cartas lo mejor posible. feliz año! un beso
Feliz año, Delia.
(Se me olvidó añadirlo en mi blog).
Pues aún no les he contado la receta para hacer falafeles. ¿Que no han hecho falafeles? ¡Madre del amor hermoso! ¿pero en qué mundo viven? ¿Que no han preparado falafeles, con lo sencillos que son de hacer?
Yo sé hacer mazapanes, Don Harry, pero eso que me dice usted pues no, que no sé hacer yo falafales de esos. Le cuento del menú:
* la crema de marisco (su crema) inmejorable.
Antes, habíamos tenido unos entremeses que eso se merece otro post, pero que tengo que ensayar más :-)
* Y luego no había pava, como mi incultura y mi precipitación me había llevado a pensar, no, que era pollo de granja relleno. Muy bueno, también, Harry, y con salsa de manzana, estupenda. Y le voy a decir una cosa que seguro que ya la sabe, pero que a mi me pareció de mucha cultura culinaria y pensé: esto se lo tengo que contar yo al Sr. Sonfór que a lo mejor no lo sabe: Mi Señor (no usted, el otro) hizo una salsa de manzana con manzanas verdes (pero verdes/verdes) y alguien le preguntó: "¿y cómo consigues que no se te pongan negras las reinetas?" Porque la salsa parecía hecha con reinetas (de lo acidilla que estaba...) y no, resulta que el truco era echarle unas gotas de limón a las manzanas verdes y te quedan cual reinetas. Bueno, o eso se comentaba.
Luego, piña y frutos del bosque. ¿Que no me conoce usted los congelados que empiezan por eis y acaban por man? No me diga.
Total, que el menú estupendo, la cena agradable y sin nervios... lo que si dice unos anfitriones naturales :-) Y que me repita el año que viene, que cada vez lo llevo mejor. Y no se crea usted que yo partí de unas condiciones fáciles, no, pero que me va a acabar gustando a mi esto. El año que viene me supero :-)
Una duda: usted lo de la pava... la preparara usted mismo o la encarga?
La preparo, la preparo, que en casa no entra comida preparada porque unos ingredientes no como, otros me sientan mal, otros me sientan peor y otros directamente me llevan al otro barrio, así que en casa se cocina mucho y las mezclas se hacen en casa, no vaya a ser. Ojo, que lo de meterle cosas en el interior al bicho lo hace mi señora, que uno es muy sensible para esas cosas y le dan sudores. Pero bien, en la pava entraron: sal, una manzana y media reineta, dos cuartos de limón con su cáscara y todo, dos ramas hermosas de apio de hoja, romero, 12 ciruelas pasas que previamente había hidratado en agua caliente y dos ramas de hinojo. Luego se cerró con unos palillos de esos de madera para pinchos, se frotó todo el bicho con aceite de oliva y se fue bañando con una mezcla de: una copa de vino blanco, una copa de caldo de verduras, media copa de coñac, un cuarto de copa de jerez seco y media copa de aceite, todo eso con el añadido de pimienta negra, sal, tomillo, especias varias de esas de cinco bayas, etc., un poco de nuez moscada, dos ajos machacados y dos clavos. Eso lo mete al horno y cadas cierto tiempo le da la vuelta, lo rocía y otra vez al horno a unos 200 ºC. Se agencia una jeringa hermosa (sin aguja) y de vez en cuando le inyecta caldo de ese donde le deje, venga a inyectar, venga a inyectar. Que le deja inyectar en la pechuga, pues hale, que solo le deja inyectar entre la piel y la carne, pues hale, eso sin parar. Venga a sacar y meter la pava en el horno, venga a inyectar y venga a rociar con la salsa. Cuando ya lo vea asado, lo sube a 250 grados para que se tueste la piel y si hace todo eso le aseguro que... ¡Le va a quedar muy bien, pero bien bien!
Ya me parecía a mi. Muchas muchas gracias.
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