Cuando te veo atado, clavado, exigido y en ti perdido, me apiado de ti y quisiera poco a poco deshacer tus nudos. Como yo sé, como fui rompiendo a base de tiempo mis cadenas. Pero entonces vas tú y atas todavía más fuerte tus nudos. No quisiera verte ahogado, mi amor, ni muerto. Nunca. Y llamaré al Cielo por ti llegado el caso.
1 comentario:
¡qué bonito!
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