sábado, 5 de mayo de 2007

La ciudad que yo amé


La tenía tan cerca que nunca había ido a visitarla. Pertenecía a mi vida, a las palabras y lugares que recuerdas desde siempre y que quizá por eso piensas que no necesitas descubrir. Pero yo hacía tiempo que había dejado mi vida y mis palabras y, por eso, nada más salir del coche y escuchar unas cuantas conversaciones de gente con la que me cruzaba por la calle supe que aquella era una ciudad dónde volvería a vivir. La ciudad que yo amé, dónde volví a encontrarme, pequeña y con trenzas; y usando los condicionales como dios, y a aquella gente y a mi, nos daba a entender. Una noche me costó tomar la decisión. Es cierto que me la pasé llorando, de una forma desconsoladora, incontenible, pero ese fue el tiempo que me costó abandonar la ciudad que me había amado como nadie.

*) La foto es de hodari

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Los que siguen viviendo en el mismo lugar en el que pasaron su infancia no pueden comprender la tranquilidad que da entenderse con los gestos, el tono de voz, las muecas, las expresiones, etc. No entienden lo agotador que es tener que “sobreutilizar” el lenguaje para asegurarte de que se ha recibido lo que se ha querido transmitir, y además en ambos sentidos. Por eso hay quien me dice que soy un manipulador del lenguaje y lo que pasa es no tiene ni puta idea de lo que me pasa. Es posible que por eso últimamente me guste menos el flamenco y todo lo que le rodea. Yo ya no quiero interpretar más, estoy cansado.

marideliwes dijo...

Jo, qué bien lo has pillado. Ya veo que no soy el único :-)

Los que siguen viviendo en el mismo lugar en el que pasaron su infancia a lo mejor nunca se llegan a enamorar de nada. Y eso también cuenta, no?

Anónimo dijo...

Los que siguen viviendo en el lugar de su infancia están completamente enamorados de todo. Conocen otros lugares y vuelve para estar ,todavía, más enamorados. Se entienden a la perfección y no necesitan de un lenguaje complicado para demostrarse de que no se han equivocado por seguir en el lugar de su infancia. Seguir viviendo en el lugar de la infancia es un "puntazo" de felicidad.

marideliwes dijo...

Podría ser :-)

Pero tendrías que quitar ese "de" que te delata. Nunca se sabe.

Anónimo dijo...

Pero no se os olvide la cara de tontos de ponen los extranjeros, la misma que debemos poner nosotros en otros paises. En otra forma de felicidad.

marideliwes dijo...

Yo estoy convencida de que la vida está en la mezcla, cada vez más. Ir, salir, volver...

marideliwes dijo...

Ver, volver a mirar...

ay, inu, me lo dejas?

Anónimo dijo...

Yo me aburrro cuando no cambio. En ocasiones, me aburro aunque cambie cuando retorno a algún lugar concreto. Hay lugares que no me inspiran aunque sean los de mi infancia. Debe ser algo del campo magnético.

marideliwes dijo...

Yo no me aburro nada contigo :-) y mira dónde estamos, y en que ciudad :-) Mil mil mil besos