lunes, 21 de mayo de 2007

Coetzee. La Edad de Hierro

No te quejarás, esta vez he llegado a la página 134. Y eso que al principio me sorprendió porque no recordaba, de la vez anterior, un principio tan sugerente. Pero no debo de ser tan buena lectora como tú y anoche, mientras leía ya con desgana algunas páginas, lo supe: el autor no me iba a salvar a la vieja. Y todas las viejas se salvan, amigo, al menos en los libros que a mi me gustan. O se salvan o salvan a otra. O al mundo, que también valdría.

4 comentarios:

marideliwes dijo...

Hacemos trampa. Ayer seguimos leyéndolo, lo cual no quita para darnos cuenta de que efectivamente nos pone de mal genio. Habrá que seguir preguntándose por qué exactamente :-) Puedo decir burradas muy gordas.

Anónimo dijo...

Marideliwes, son canales para reaccionar y en la reacción está lo compuesto.

Lo necesario, una determinada afinidad para aspirar con el otro a un instante de completitud que se recrea con otros en distintos momentos de completitud que en su suma dan cada individualidad.

Anónimo dijo...

Te he llamado para decírtelo pero no ha habido reacción.

marideliwes dijo...

Ayer nos fuimos a tomar unas cervezas por ahí :-) Besos