domingo, 20 de septiembre de 2009

jueves, 10 de septiembre de 2009

La suerte de que él no se fuera

Yo me he enamorado de Carmelo Gómez dos veces. La primera vez fue viendo "Secretos del Corazón", esa película del Armendáriz que me enseñó que merecía la pena ir a cine, como vivir, aunque fuera sola. La segunda vez fue en un aeropuerto, no puedo deciros si era en Barcelona o en Madrid. Yo me recuerdo muy concentrada y como en otro tema. Y como unos ojos, que podían estar en mi cara pero que no atendían mis ordenes, percibieron un tío y luego una reacción de un cuerpo que hablaba por su cuenta: "pero que tío más bueno". Fue sin querer, eso sí lo recuerdo, y como el tío tan bueno se volvió y era Carmelo Gómez. Resto de escena completamente borrada.

Hoy lo he vuelto a ver en el teatro, en Días de vino y rosas; y le he pedido que escribiera "marideliwes". Bueno, no sé lo que le he pedido exactamente porque los nervios se apoderan de una y una ya no sabe muy bien lo que dice, pero él ha escrito "Marideliwes" (otro día lo escaneo, que hoy es tarde) y para mi era suficiente. Ha sido él el que se ha ofrecido a darme dos besos. Qué guapo, Harry, usted no sabe, qué bien huele y que besos tan agradables. Y la mirada. Si yo alguna vez le soy infiel, Harry, no podrá ser con otro que con el Carmelo Gómez.

La obra estupenda. Silvia Abascal parece que no va a estar a la altura, pero se crece en las escenas fuertes. No dan ganas de beber a la salida. Solo de pensar en Carmelo Gómez y en la suerte de que no le diera por aprender inglés.

(gracias Ampy)