domingo, 25 de mayo de 2008

Si no sabemos amarnos

Lo más fácil es que elijamos a nuestro lado personas que jamás nos digan lo que nos quieren, lo necesarios que les resultamos. Si además eres mujer, las probabilidades de que esto ocurra (o que no ocurra, más bien) irá creciendo con el tiempo, en exponencial. No tengo la solución: habría que dar marcha atrás en el tiempo y empezar a quererse entonces, con todo lo que hemos sabido luego. Pero esa no puede ser una solución, así que habrá que comenzar desde dónde estamos: separándose, dejando trabajos, cogiendo otros, marcando rutas que habrán de cumplir esta vez los otros si quieren que permanezcamos a su lado, reivindicando una vez más lo que nos hizo vivir, lo que recordamos, lo que no quisimos dejar de ser y no se ha olvidado con el tiempo. De momento. Lo establecido, lo ordenado, lo de toda la vida, para los que les vaya bien en este mundo. Mujeres de zapatos rojos.

sábado, 24 de mayo de 2008

El futuro, futuro

¿Dónde está el mayo florido en el que confiábamos, después de sobrellevar un marzo ventoso y un abril lluvioso (o eso creíamos entonces)? No está, se habrá desplazado a junio. O a julio. Los refranes... pa tu tía. Seguimos con charcos en las terrazas.

domingo, 18 de mayo de 2008

Desde el lado del cliente

Yo soy una mujer de servidor/servidor. En red, si, pero monolítica, centralizada, con nervios cada vez que me salgo un poco de la ruta, con conocimientos e inteligencia suficiente para saber que soy una mujer del pasado. O eso me gustaría, coño: poder tumbarme un poco a la bartola y decir: si, amigo, pertenecemos al pasado, el futuro que nos lo hagan otros. Pero no, también sé que acabaremos usando el P2P para distribuir imágenes en las aulas y que sólo desde el pasado.

Está bien, TyddlyWiki.

Mi feevy es un cielo

De Javier de la Iglesia hay muchos posts que nos gustan (no sólo que nos gustan, claro). Por ejemplo éste del punto... Pero hoy, y para grabar a fuego, nos ponemos el del No entero:

No

[cita sin autor en algún cuaderno]

Cuando dices no, consagras la santidad negativa: el admirable momento crítico. Sigues vivo y no te sometes a lo falso. Pero si sólo niegas, empujas sin querer a favor de la muerte. Mientras matas lo falso vas adquiriendo algo de esa misma muerte que combates. Te quedas con las carcasas.
Parece que falte lo esencial: anuncias, por ausencia (lo que sí no es la inversión de lo que no; ojalá lo fuera), una vida auténtica que vendrá, por liberación de obstáculos, y tan solo la prometes. Invéntatela rápido para que esa muerte perfecta (justa y benéfica) que en esos momentos te posee no acabe secándote por dentro. Invéntate ya esa vida que implicas tener a mano por contraste (y te creo, aunque la que demuestres tener bien afilada sea la pura negación). Úsala, úsala como trampolín para afirmar, para querer (lo que amas es tu herencia verdadera), o resígnate a seguir muriendo con esa impecable integridad, con toda la razón y la lucidez de tu lado, con las manos vacías.

No te canses

A parte de que tú me gustaste desde el primer día en que te ví, creo que en lo nuestro hay algo más, una especie de voluntad y contravoluntad que no nos deja olvidarnos el uno del otro. ¿Y por qué olvidarnos? me preguntarás. ¿Por la contravoluntad? te responderé. No te canses tú.

lunes, 5 de mayo de 2008

Hoy...

... me enlazo a mi misma. Y también a ella. Podría contar mis propias anécdotas respecto al embarazo en el mundo laboral. Y esa manía que tengo de decir "Cuidaté, por favor" cada vez que veo a una mujer embarazada en el trabajo.