lunes, 3 de diciembre de 2007

Nada, mi madre

Tú el domingo te olvidas de llamarme (te debes ir al bar y como llegas tan tarde...) y soy yo la que te llamo el lunes más bien temprano. Voy surgiendo, porque me doy cuenta, como desde otro tiempo, como del tiempo en el que las dos éramos jóvenes y tú eras mi madre y yo tenía tantas cosas por hacer que casi no podías entretenerme. Me sigues llenando de vida los lunes, así que haz el favor de olvidarte de llamarme los domingos por la noche y vete al bar y llega tan tarde que yo tenga que llamarte el lunes... tan temprano.

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