sábado, 2 de junio de 2007

Aquella claridad finita

Esa cosa que debió de existir antes, esa creencia que vino luego en que llegaría con el siguiente paso: un poco más allá, ultimado el siguiente esfuerzo. Y lo que se perdió con el tiempo: lo que un día existió y en lo que dejamos ya de confiar. ¿Qué viene luego? Dice el Capitán que sólo aprendemos haciendo, que nadie aprende oyendo. Nadie nos explicó que la docilidad en la infancia nos traería este vacío. Obediencias que un día nadie pudo cubrir. Eramos nosotros obedeciendo, sólo eso era aquella claridad. Y matar a los dioses tampoco nos convencía mucho.

2 comentarios:

pdro dijo...

Joder, estoy leyendo algo sobre alguien que se resiste con uñas y dientes a que lo hagan monje. Pero pierde, y luego pasa lo que acontece. He comentado algo sobre Maturin. Es gloria leerle algunos párrafos. Sorprendente.

marideliwes dijo...

Gracias, Inu :-), en cuanto acabemos con Los Años, de la V. Woolf, nos ponemos a ello. Pero que somos mu lentas.