viernes, 22 de febrero de 2008

A veces la gente no quiere que la saques de sus cómodas paredes, de su oscuridad. Y están en su derecho y hasta es posible que lleven razón. Pero no como la de los almendros en flor. No.

1 comentario:

FPC dijo...

Te agradezco el detalle. Hay una rotundidad en las cosas de la naturaleza (es lo que nosotros interpretamos, la naturaleza se despacha así, sin más, sin saberlo y sin sentido)que a veces nos deja pasmados. Me acordé de ti en Madrid, este fin de semana (uno más pendientes de un hilo) cuando mi hija me preguntó cómo distinguía un almendro de un pruno. Hice toda clase de disquisiciones hasta que en una esquina nos encontramos un almendro que iba perdiendo sus flores: y de una rama colgaban un par de almendras. Rotundo, ya digo.
Saludos.