lunes, 15 de diciembre de 2008

Porque querrá volver

¿Y si pones el árbol de una puñetera vez? Una cena bien pensada y planificada, con velas. Y no te olvides de abrir una botella del mejor vino mientras pones la mesa. En las mejores copas. Sabes que ella lo hubiera hecho en las mejores copas. Y la tendrás.

PD: ¿una receta de crema de mariscos de la que estéis muy seguros?

18 comentarios:

añil dijo...

Aún hay tiempo para preparar y tambien la improvisación tiene su punto.Las mejores copas son las que te gusten a tí, aunque sean de mercadona.

Besitos

Miranda dijo...

La crema de langosta de Campbell's.
Estoy convencida de que me la han servido más de una vez pagando un congo en algún sitio postinero.

Beso.

Anónimo dijo...

Y un buen vino que te haga subir los colores :)

marideliwes dijo...

La entrada anterior pretendía hablar de los ausentes. Supongo que todos tenemos ausentes en nuestras vidas, ausentes familiares. Se puede decir que si llegas a los 30 sin haber sufrido una de esas ausencias te puedes considerar un ser privilegiado, pero siempre hay un día, un año, en que esa completitud se rompe. Y entonces, queramos o no, hayamos sido fans auténticos de la Navidad o eternos retractores, la Navidad cambia. La mía cambió. Mi hermana era muy buena cocinera, la mejor :-) Nos preparaba unos planos exóticos y modernos y era tan puñetera que nunca quería revelar sus recetas, concretamente su crema de mariscos. No hubiera tenido importancia que me la revelara a mi, porque yo no andaba entonces por estas inquietudes, pero mi madre lo decía: la ha hecho a escondidas para que yo no la viera. Ella lo organizaba todo: las cenas, los regalos... digamos que a ella sí que le gustaba la Navidad. Era una de esas cocineras que nunca prueban la comida mientras la están haciendo (no como nosotros, que nos moríamos por picar algo mientras lo estaba haciendo), pero en el último momento habría una botella en la cocina, del mejor vino y nos empezaba a hablar de la mano láctica y de cosas de vinos. En las mejores copas. No sé ya que copas serían, si estarían compradas en un super o en cualquier otro sitio. Nosotros hubiéramos bebido cualquier cosa en cualqueir vaso, pero ella decía que no, que aquella botella sólo se podía beber en las mejores copas. Estábamos en la cocina y era quizá el momento más feliz de la Navidad. Luego probaríamos su crema de mariscos. Veo en google muchas recetas, por supuesto, pero yo no he sido nunca una buena cocinera (más bien he sido la peor), pero me gustaría poder abrir una botella y estar segura de que estaremos un poco a la altura. Han pasado muchos años, ella sigue siendo joven y abre una botella. Y yo quiero tenerla o traerla o lo que sea de la única forma que puedo hacerlo. Y lo haré :-)

marideliwes dijo...

Perdón, detractores :-)

Anónimo dijo...

Creo que se donde está esa receta que tanto buscas.
K-anonima

marideliwes dijo...

Pues ya estás tardando :-) Seguirá siendo secreta :-)

marideliwes dijo...

Y mándamela hiperrápido que si no no llego.

Anónimo dijo...

No va a ser posible tanta rapidez, creo que está en Oion en el supercajón de las recetas.

añil dijo...

Tienes que conseguirla.
Yo no tomo marisco, así que no tengo la solución.
Pásalo lo mejor que puedas y siente todo como siempre, seguro que es así como debe ser.

Besitos

Harry Sonfór dijo...

No sé yo dar recetas de esas con cantidades, pero le digo trucos. Para la crema de mariscos, use carabineros. Esos gambones que se ponen tan rojos cuando se cocinan son de las cosas más sabrosas que hay en el mundo del marisco. Pélelos y meta las cáscaras y las cabezas en el horno a tostar. Ponga también alguna cebollita francesa en el horno y un par de ajos tiernos, todo ello, con sal, un chorrito de aceite y un chorrito de coñac. Mientras, haga un fondo de pescado (un fumet o caldo blanco) con los gambones pelados, un rape, gambas, y todo eso que se le antoje (si en lugar de agua es un caldo de verduras neutro, mejor). Añada al puchero lo que metió en el horno cuando esté tostado y churruscante. Reduzca y reduzca (pero es una reducción corta, no necesita mucho tiempo como en el caso de las reducciones de carnes). Saque del fuego, retire las cabezas y las peladuras de los mariscos (pues no se pueden digerir y no aportan ya nada al plato, el sabor ya está en el caldo. Si tritura las cáscaras es posible que la sensación en la boca le recuerde a la textura de una pared). Reserve las demás carnes (la carne de las gambas, de los carabineros, del rape, etc.) y cuando tenga todo limpio vuélvalo a echar al puchero del fumet y tritúrelo con la batidora. Añadale unas cucharadas de tomate frito, remueva, y si quiere que le quede más fino, páselo por un chino de esos que dejan salir el líquido pero no la fibra. Sofría unas gambas peladas con un ajo tierno, por ejemplo. Corrija la sal y si quiere añádale un poco de pimienta blanca. Sirva la sopa en cuencos (por ejemplo), decore con un par de gambas y, si lo desea, con unos trozos pequeños de pan frito o con cubitos del rape que previamente habrá reservado. Decora si quiere con perejil o cebollino. Si lo hace bien y con tino, me huelo que no fallará y que incluso se parecerá al plato de su hermana.

marideliwes dijo...

Joé, Harry, no me esperaba yo esto, pero permitame una duda:

yo pongo en el puchero, para el caldo, la carne de las gambas, el rape y eso... y luego, una vez aplicado lo del horno y quitado y reducido (no tanto, bien)le vuelvo a echar otro "grupo" de carne de gambas, rape... ¿o no es así?

Y otra duda: un poco de nata le vendría bien al final (por aquello de la textura que a mi, personalmente, me gusta un poco gorda) o la nata y el tomate frito son incompatibles? Es que a mi usted meda más seguridad que google, entiendalo.

Harry Sonfór dijo...

No señora, le echa lo mismo que había antes. Usted por un lado tuesta las pelarzas de los mariscos y las cebollas con su chorretón de aceite y su chorretón de coñac. Y luego las echa al caldo con todo lo demás. Luego cuela el caldo y saca todo lo que no interesa: bigotes de gamba, cabezas de gamba, pelarzas de gamba, la espina y la piel gomosa del rape, los huesos de las cabezas de pescado si los hubiera, todo eso que ya ha dejado su sabor en el caldo, y deja la carne limpia: Es entonces cuando lo pasa por la trituradora. Es por hacer una sopa de marisco limpia y escoscada, más que nada, que en los restauranes no se van a poner a perder el tiempo con esas cosas.
Luego, si le interesa, un ingrediente tradicional en las sopas de marisco es echar un chorrito de algún aperitivo digestivo anisado de esos franceses. Eso era algo muy común en las sopas de pescado y marisco, igual usted me dice «pues si no pega el anís en este plato», pues yo le digo que sí. Era costumbre echar una cucharada o menos y mezclarla ante el comensal, si lo pedía, pero también servir el plato ya con el ingrediente. Lo de la nata, ya no sé qué decirle, pues la nata no existe en mi vocabulario, pero si le entra un cocinero francés le dirá que sí, segurante.

marideliwes dijo...

Joder, Harry, pues va a ser que usted cocina como ella. Un poco afrancesada sí que era en la cocina, si. Ochocientas quinientas mil gracias. Ya le contaré.

Harry Sonfór dijo...

Y más, no se preocupe por pasarse más rato reduciendo, pues esa carne luego usted la va a triturar. En realidad, el marisco y el pescado se hacen en un momento, pero en este caso no le interesa la textura, sino que el líquido tome todo el sabor de la carne. Si quiere, puede cocer primero todas las pelarzas durante un buen rato, luego las retira y echa entonces las carnes, así la cocción será más corta. Piense que, al contrario que las reducciones de carnes rojas, los pescados y mariscos dan todo su sabor al poco tiempo, luego ya, por mucho que estén cociendo, no van a hacer más que marearse. No olvide desespumar de vez en cuando, pues las carnes de los pescados (de merluza o rape, por poner un ejemplo) convierten la sangre y la proteína en una espumeta blanca flotante muy fea de ver que debe retirar, a no ser que usted quiera sorprender a sus invitados con una sopa de marisco con «aire espumado» de pescado al estilo Adrià. La salsa de tomate, al gusto, usted vaya probando, pero recuerde que si es casera deberá corregirla con un poco de azúcar si la ve demasiado ácida. Lo de poner algún trozo grande en la sopa, como unas gambas pasadas por aceite y ajo, por ejemplo, o unas almejas, se pone al final, al presentar el plato. No me ponga una gamba o una almeja que haya estado cociendo media hora en el caldo, que parecerán gomas elásticas. Y más, un poco de nuez moscada o incluso de tomillo en polvo harán que su plato huela mejor, más equilibrado.

Harry Sonfór dijo...

Espere, que le digo lo último y ya me callo: sobre espesantes, que pregunte por ahí lo de la nata, que yo no lo sé, pero que tiene otros espesantes que igual le interesan: un poco de puré de patata deshidrata le puede hacer un buen efecto (un poco); o también puede usar tapioca, que le da una textura gelatinosa (pero que a algunas personas no suele gustar por eso mismo, por lo gelatinoso) o también agar-agar en polvo, que es un gelificante que sacan de las algas que espesa las salsas muy bien, pero que debe cuidar pues en caliente espesa y ya está pero cuando enfría le convierte la sopa en un tocho de gelatina si se le va la mano. Nata sería lo más utilizado en una sopa así, sí.

Anónimo dijo...

Harry, esa elaboración de la crema de mariscos debería inaugurar un tipo de ceremonia japonesa, con película añadida (dirección de Víctor Erice), a través de la cual uno puede llegar a la iluminación, si no total, sí en destellos puntuales.
Qué barbaridad

marideliwes dijo...

Harry, sólo le falta ponerle un poco de nata antes de servirla. Está deliciosa :-)