martes, 24 de abril de 2007

Dios qué guapo

Hay unas imágenes tuyas que solo esta otra con barba ha conseguido que comiencen su camino hacia el olvido. Veras. respecto a ti, siempre me hubiera gustado ser hombre. O eso creo yo, al menos. Un hombre con barba, por ejemplo. Como supongo que lo he sido toda la vida para mi padre, ahora que lo pienso. Pero no liemos las cosas y volvamos a aquella otra imagen. Estás serio, pero todavía conservas una especie de caricia o de sonrisa en los ojos. Esa cosas son, se ven, yo al menos las he visto en algunas personas. Suelen ser ojos que se parecen a los de mi madre. Dicen que los ojos es el único rasgo de la cara que nunca cambia, pero yo creo que no es cierto, que también cambian (hablo de los ojos de mi madre). O quizá sea que son nuestros ojos los que dejan de mirar de aquella manera (los mios, en este caso). Da igual. Junto a aquella imagen, la tuya, había también otra. En esta segunda imagen, que también es tuya, estás de pié en una escalera, o junto a una puerta, y hoy se me asemeja a una de esas posturas con las que las madres dejan que sus hijos posen en los álbumes de primera comunión. En plan chulito, me refiero, o como de macarra de película, no sé si soy yo la única que es capaz de apreciarlo. No importa. Todas esas imágenes quedan hoy sustituidas por esta otra tuya de ayer, dónde estás serio de narices. E Interesante, amigo. Pero ya te digo que el no tener barba creo que ha limitado significativamente mi relación contigo. Y que por mucho que ahora se ponga usted barba, no era en esa barbilla dónde debía crecer el pelo.

(eso... por enlazarme, que ya fue advertido)

1 comentario:

marideliwes dijo...

Dice El Capitán que ha comenzado leyendo el post pensando que era para él y... coño, que se ha dado cuenta que hablaba de OTRO!. Yo al Capitán no se lo cuento todo, claro, lo volvería loco. Y, además, que por eso sigue siendo El Capitán, porque él también tiene sus mundos, mundos que me aburren soberanamente, pero que después de tantos años mantienen mi cita periódica con la depiladora, que eso tampoco se lo cuento. Ay Capitán, como me gusta que me leas y que todavía te sigas sorprendiendo!