viernes, 29 de febrero de 2008

miércoles, 27 de febrero de 2008

No seáis mentirosas

Ni la vida consiste en comer y follar, ni los humanos somos una fábrica de mierda. Como mucho... todos serán gilipollas :)

(a mis amigas del café)

viernes, 22 de febrero de 2008

A veces la gente no quiere que la saques de sus cómodas paredes, de su oscuridad. Y están en su derecho y hasta es posible que lleven razón. Pero no como la de los almendros en flor. No.

Hard en viernes

Llega el viernes y, contra todo pronóstico, aparece ese momento hard en el que no estás para nadie. No es lunes, tienes todo el tiempo del mundo, estás muy cansado, pero es viernes... Hoy me hablabas de ese momento.

¿Y dices que hacía las 8 comienza a pasarse? Será otros viernes. O que lo habré empezado más tarde. O que a los burriquillos, por nuestro propio ser, nos cuesta más salir de las situaciones. Habrá que esperar a las 12. Tranquilamente.

¿A qué tanta tarea?

lunes, 18 de febrero de 2008

Déficid de atención y baja autoestima. O al revés.

También es cierto que compartí mi infancia con dos peruguitas, de las que había que estar siempre pendiente, y un hermano mayor que nos quería a todas. Mi madre estaba situada en un plano un poco más elevado: te podías reír mucho con ella y de vez en cuando era la encargada de soltarnos los azotes: en reparto, nada personal. Mi padre no estaba casi nunca o, cuando estaba, no era precisamente el más estimulante de los padres: lo mejor que podías hacer era portarte bien y no molestarle. Así fuimos situándonos en el mundo: solidaridad con nuestras semejantes, esperanza en algún hombre, baja autoestima en las relaciones sexuales... lo normal, vamos. Pero fuimos creciendo y lo que entonces encontramos normal nos pareció con el tiempo insufrible. De todo, de todo, lo más doloroso fue perder a una de las peruguitas de las que siempre habías estado pendiente. Cómo si el mundo se hubiera roto en mil pedazos, cómo los cristales.

domingo, 17 de febrero de 2008

Políticas

Siempre entrabamos a las revisiones atemorizados. Por eso él, menos hablarnos del cáncer, nos hablaba de todo: de sus problemas para consultar algunas revistas científicas, de si había tenido que llevar a su hijo a música... Y, luego, ya, como consciente de que en algún momento tendría que enfrentarse al problema, me miraba a mi, que no era su paciente, y decía:

-¿Qué tal esas hormonas? ¿Bien? Porque todo es cuestión de hormonas.

Y se ponía a firmar los papeles de solicitud de nuevos análisis y del TAC, aunque eso sería ya para... ¿Setiembre? Si, mejor en setiembre que ya habréis vuelto de vacaciones, decía.

- Y no te olvides de mirarme lo de las revistas, concluía, dirigiéndose, por fin, a su paciente.

Por eso no me gusta a mi que gane la derecha. Ni que se planteen los servicios públicos como servicios innecesarios e ineficaces que hay que mantener, o no, a costa del trabajo y la generosidad de los ricos. Que esos sí que saben.

¿Lo qué?

3/4 hojas para acabar ese cuaderno: lo que pensamos por un sitio y lo que sentimos por otro; lo que lloramos y lo que no hacemos, lo que nos abandonamos. Lo que no nos quiso, lo que dejó de amarnos y a los que dejamos de amar por otro. Siempre el mismo cuaderno, las mismas buenas intenciones sin las que no podríamos vivir: White Musk, de Body Shop. Para empezar.

sábado, 16 de febrero de 2008

Tierra

Pero también definir la tierra por su color, por las plantas que la habitan y la habitaron en nuestros primeros años, por su olor, por el olor al que únicamente estando en ella volvemos. Por el viento en la cara que sigue siendo el aire y los gestos que no tuvimos que traducir porque fueron nuestros primeros gestos; y nuestras primeras palabras. Por una pisada. Sin naciones (sólo para organizarse, si se quiere), sólo tierra.

viernes, 15 de febrero de 2008

Ate usted a las cabras

Que no es por acojonar, pero que esto es lo que hay. Como la vida misma, que también venía llena de vulnerabilidades.

lunes, 11 de febrero de 2008

Amigos en el paraíso

Eras un amigo sencillo, amable, nada complicado si yo no me hubiera empeñado en buscarte siempre con el exceso propio de los que alguna vez rozaron el paraíso. Bien sabíamos aquí que aquello era una boutade, y que llegaría el día en el que habría que colocar el diccionario en su sitio: los días, el trabajo, las personas que queremos y que no, el resto de nuestros amigos. Esa boutade... Pero este blog nos lo vamos a quedar, por si acaso se nos vuelven a escapar algunas palabras de su significado. Por ejemplo: Paraíso.

jueves, 7 de febrero de 2008

Necesidad de un nosotros

Sin grupo, sin objetivos compartidos, mirando cada uno hacia nuestro lado, nos desdibujamos. Supongo que no le pasa a todo el mundo; es más, sé que no le pasa a todo el mundo, pero por aquí, al menos, es lo que tenemos. No me hagas daño con tu yo único.

martes, 5 de febrero de 2008

Repaso de lecturas antes de seguir

La Grieta, de Doris Lessing. Estuvo bien y me resulto curioso y hasta creíble. También hay que tener en cuenta que a mi me das una mujer de mas de 70 años, por ejemplo, y lo que ella diga me lo llevo a misa. Una mujer "distinta", se entiende.

El Cuaderno Dorado, también de Doris Lessing. ¡Menudo tocho, amigas! Tiene momentos brillantes, pero tuvimos que intercalar al Paul Auster y su La vida interior de Martin Frost para poder continuar con la tarea.

Paul Auster nos gusta, definitivamente. Es guapo, divertido, relajante, recurrente... y tiene unos finales que lo son más todavía: amor, amor, amor.

El Cuaderno Dorado, en cambio, parecía una enumeración exhaustiva de los amantes que deberán ser evitados a toda costa. En ese sentido, no está mal el libro porque una puede partir ya con una buena ventaja, si bien, el resto del camino ahí queda. Soy estúpida: es un buen libro, pero yo venía del Dostoievski y, quizá, nuestra Doris Lessing nos resultaba aburrida de puro próxima. Haber escrito aquello hace más de 40 años y poder leerlo para... poder seguir. Entenderá usted que acabo de dedicarle uno de mis mejores piropos :)

domingo, 3 de febrero de 2008

Espacios reales

Ella me dice que vosotros casi siempre ocupáis el espacio lingüístico, pero no realmente con contenido. Realmente. ¿En cuantas virtualidades hemos tenido que vivir sin poder siquiera ponerlas en duda? El mundo es vuestro, casi todo el mundo por el que yo me muevo es vuestro. Y, como de la noche, Ampy y las chicas de pelos rojos. La virtualidad se identifica entonces con los espacios dónde no estuvimos. Aún habiendo pruebas físicas de haberlos ocupado: no eran nuestros, no reales por lo tanto.