domingo, 28 de octubre de 2007

Hablando de guapos



Félix de Azúa es, o era, tan guapo como era, o es, Paul Auster. No leí pronto a Paul Auster y, sin embargo, me resultó muy conocido cuando lo leí por primera vez. Sí que habíamos leído para entonces Historia de un idiota contada por el mismo y así. Anda qué no se pasa el tiempo... con nosotros.

Coetzze Dos (o tres)

Acabamos con el En medio de ninguna parte y, para nuestra sorpresa, buscamos (como seguro que buscábamos entonces los chupetes y más tarde los cigarrillos) otro libro suyo entre la chusma de libros sin lugar. Bien, allí estaba: ¿Desgracia? No esperábamos menos de ti, chaval. Pero era otro Coetzee el que nos espera. Esta vez el protagonista era masculino y, entonces si, pudimos leer sin entrar en permanente discusión; agradeciendo, ahora si, los pensamientos y la prosa precisa y elegante, como quien mira o escucha a alguien al que podrá abandonar en cuanto sea la hora de la cena, con inteligencia. No lo tenemos muy claro todavía, pero tiene algo que ver con las voces de los otros, que no aceptamos, cuando sentimos que hablan de nosotros mismos. Me refiero a los libros anteriores que había leído: La Edad de Hierro y En medio de ninguna parte. Me doy cuenta de que en ellos la protagonista era una mujer, la voz pretendida de una mujer, y que era eso lo que me molestaba, porque me resultaba irreconocible y desesperante. Pero precisemos más: no ocurre lo mismo cuando son esas mismas mujeres las que hablan en un diálogo. O sea, es la voz interior la que constantemente me sonaba a no creible. Y por otra parte: ¿no será que está reflejando la realidad más real cuando habla desde la voz interior de una mujer? No, la realidad (incluso la más real) tiene muchas patas y no nos vamos a quedar con la pata coja para ellas, precisamente. Cuestión de sexo, al parecer. Prefiero que sus protagonistas sigan siendo hombres, mucho mas reconocibles desde mi punto de vista, más interesantes, más ciertos, capaces de trasmitirme esa relación nebulosa entre el dominado y el dominador que me ha aprecido tan interesante. Acabaremos teniendo un lugar para Coetzze, estaba cantado: un lugar querido y especial, aunque no es probable que sus libros se rocen nunca con ninguno de los de ellas, que no ordenamos aquí los libros por inteligencia.

No ha llegado mañana estos días

¿Qué ganamos con decir que todo está roto, que todo son cenizas, que los héroes también muertos todos? Nada, ¿y qué con que no había nada que ganar? Eso ya lo sabíamos desde los 5 años, un año después de que los Reyes Magos nos dejaran sin el chupete, los muy indiscutibles.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Mañana

Hablaremos de Coetzee. Hoy Xabier no se duerme.

sábado, 20 de octubre de 2007

Lo que ella tenía

Que el mundo era grande, grande, grande. Y que volvía a ser grande, más grande, algunos días. Y algunos atardeceres, infinitamente grande. Posible, cambiante, como había sido siempre el mundo que ella conocía. Posible.

jueves, 18 de octubre de 2007

Aléjate del chocolate...



... si no quieres comerte la tableta entera. Mejor llamas a un amigo, o a tu madre; o te vas a la pelu, o buscas aquel poema de Erich Fried sobre la desesperación y, también, aquel otro que habla de que el metal de la llave con la que va a abrir la puerta por enésima vez está más firme y más frío que nunca esta noche.

martes, 16 de octubre de 2007

Notas

Estamos leyendo a Coetzee, somos así de disciplinadas. O de masoquistas: lo odiamos, nos cabrea... pero erre que erre, a ver si explotamos o adivinamos qué nos ha hecho este hombre para provocarnos semejantes estados de desesperación. Vaya por delante que no solemos hacerle ascos a libros tristes, que, normalmente, hasta encontramos consuelo en ellos. Esto es lo que nos tiene mosqueadas (a pochanca y a mi, por cierto).

Más: Juan José Millás nos gusta. Hay un libro suyo que consideramos de lectura obligada para las niñas de 16 (o así) años: Hay algo que no es como me dicen. También es posible que, a los 16 o así, años, no hubieramos conseguido entenderlo o nos hubiera aburrido o vete tú a saber qué, pero hubiera merecido la pena intentarlo. Y vamos a acabar con el En medio de ninguna parte que nos traemos entre manos porque, de premio, continuaremos con el Millás, no sabemos todavía con cuál de sus títulos.

Y lo que no puedo dejar de contar. Hoy estábamos enloquecidas :-) De puro contentas.

lunes, 15 de octubre de 2007

Revoluciones en octubre

Ya lo dijo el pintor: "Esta casa necesita un vuelco total". Y ya puestos... ¿qué mejor mes que octubre? Empezar, entre los imprescindibles.

lunes, 8 de octubre de 2007

Encuadre


A veces tenemos que medir. También los sentimientos. Y entonces, a punto de irme para siempre, apareces. Y me quedo parada, mirándote.

- No te olvides las llaves, dices.
- Nunca me he olvidado las llaves, te contesto, ya desde el otro lado de la puerta.

No es el caso

Pero Finlandia viene de un poema de Bernardo Atxaga después de 2 años sin parar que siguieron a 5 de vacío que a su vez... y entonces sólo soñaba con un largo día finlandés. Por lo demás... no se elige Finlandia...

Un largo día finlandés

Necesito un día finlandés,
necesito un largo día finlandés,
tan largo como 40 días corrientes.
Quiero un largo día finlandés
para seguir hablando contigo;
tus palabras me ayudan mucho.
Te comenté algo del paraíso
y tú me dijiste, ten cuidado con el paraíso
el infierno puede estar allí.
¿Es posible cambiar de vida?
¿Cuántas veces se puede empezar de cero?
Tú eres mi amiga, te quiero.

El cielo de Finlandia siempre es azul
y en verano el sol parece una naranja,
y la luna lo mismo, otra naranja.
Quiero un largo día finlandés
con dos naranjas en el cielo,
quiero seguir hablando contigo.

(Bernardo Atxaga)

jueves, 4 de octubre de 2007

Cerrojos para el mundo

Si, por lo que sea, nacimos para sujetar el mundo y si, por lo que sea 2, seguimos dudando de si no podríamos hacerlo todavía un poco mejor; a partir de los 40, amigo... todo lo que nos llegue será en justo y merecido castigo. Claro que, siempre nos quedará París. O los 50 si, por lo que sea 3, nacimos tan cerrojos.

martes, 2 de octubre de 2007

Lo que el otoño

La forma más exacta
- ¿Qué pasa?
- Estoy muy vago o muy liado
Sólo estacional